Región de Opinión / Por Adrián Jiménez Amaya

La carretera federal 80, que conecta Acatlán de Juárez con Barra de Navidad, Cihuatlán, se ha convertido en un escenario recurrente de accidentes y tragedias debido a su estado deplorable. Con más de 250 kilómetros en este tramo, los daños materiales, las vidas perdidas, las fallas mecánicas y las pérdidas económicas son una constante para quienes transitan por esta vía. Sin embargo, esta problemática revela una grave falta de comprensión sobre la competencia en la gestión de las carreteras federales.

En múltiples ocasiones, se ha señalado al Gobernador del estado de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, y a diversos presidentes municipales, como Gustavo Robles de Autlán, por la falta de atención a esta carretera. Es esencial entender que, aunque estos líderes locales tienen una responsabilidad con sus comunidades, la inversión y mantenimiento de las carreteras federales es una competencia exclusiva del gobierno federal.

El abandono de la carretera federal 80 no solo es una muestra de desinterés, sino también una falta de cumplimiento de las responsabilidades federales. La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) es la encargada de garantizar que las vías federales estén en condiciones óptimas para su uso. La ausencia de inversión y mantenimiento por parte de la federación no solo pone en riesgo la seguridad de los usuarios, sino que también afecta la economía local, especialmente en municipios que dependen del tránsito y el turismo.

Cada día se registra al menos un accidente en este tramo, lo que debería ser un llamado de atención urgente para las autoridades competentes. La falta de señalización adecuada, los baches y el deterioro general de la carretera son factores que contribuyen a estos incidentes. Los ciudadanos tienen derecho a transitar por carreteras seguras y en buen estado, y es el deber del gobierno federal garantizarlo.

Ante el olvido y desinterés del gobierno federal, municipios como Autlán, La Huerta y Tecolotlán han emprendido acciones de bacheo preventivo, buscando disminuir accidentes, a pesar de las duras críticas recibidas por el desconocimiento de la ciudadanía sobre las competencias. Incluso, Tecolotlán ha movilizado a su personal de Seguridad Pública para estas labores, destinando recursos municipales para este fin. Estas acciones, aunque bien intencionadas, podrían ser señaladas por la Auditoría Superior del Estado de Jalisco (ASEJ) o la Auditoría Superior de la Federación (ASF) debido al uso de recursos municipales en competencias federales.

La situación se agrava con la respuesta del titular de la SICT Delegación Jalisco, Mtro. Jorge Nuño Lara, quien informó a los presidentes municipales que no hay recursos etiquetados para esta carretera en el presupuesto federal del Gobierno de México para 2024. Esto significa que no existe un solo peso destinado ni siquiera para el mantenimiento de la carretera federal 80.

Es necesario que la ciudadanía comprenda a quién corresponde la responsabilidad de estas reparaciones. El gobierno federal debe asumir su papel y destinar los recursos necesarios para la rehabilitación de la carretera federal 80. No se puede seguir permitiendo que la falta de inversión ponga en riesgo la vida de los usuarios. Además, se deben implementar campañas de concientización que eduquen a la población sobre las competencias en materia de infraestructura vial, evitando así la desinformación y las acusaciones infundadas hacia autoridades locales que, aunque comprometidas con el bienestar de sus municipios, no tienen la competencia directa sobre estas vías federales.

La rehabilitación de la carretera federal 80 es una necesidad apremiante. La inversión en infraestructura vial no solo mejorará la seguridad y reducirá los accidentes, sino que también impulsará la economía regional. Es hora de que el gobierno federal asuma su responsabilidad y actúe en consecuencia, garantizando carreteras seguras y transitables para todos.