Charrería en Jalisco: tradición, innovación y las generaciones del futuro
Por Salomón González
Guadalajara, Jal., feb/04/2025.- La charrería, el deporte nacional por excelencia, vive un momento crucial en nuestro país. En Jalisco, cuna de grandes exponentes, no solo se ha consolidado como uno de los principales bastiones de esta tradición mexicana, sino que también se encuentra en un punto de inflexión: los nuevos valores y enfoques culturales, deportivos y sociales están marcando el camino para las generaciones venideras que son una realidad.
En un mundo en constante transformación, los nuevos desafíos que llegan a la charrería enfrentan retos significativos para mantenerse vigente y atractiva entre niños y jóvenes. Conectar con las nuevas generaciones implica integrar las tecnologías de la información, nuevas formas de organización y comunicación, y adaptar esta disciplina al dinamismo de la sociedad actual.
La modernización de una tradición centenaria
En Jalisco así como en todo el territorio nacional, charros y escaramuzas han comenzado a utilizar redes sociales, plataformas de streaming y espacios digitales para dar a conocer su participación en este deporte. Desde la transmisión de competencias en vivo hasta tutoriales en video sobre suertes como piales, manganas, terna en el ruedo, el paso de la muerte o el floreo de reata, las nuevas generaciones de charros encuentran en estas herramientas un medio para preservar y compartir su legado con el mundo.
Ser charro o escaramuza hoy en día no solo implica dominar las suertes o portar el traje de faena, también significa ser un embajador de México en los espacios digitales. Las redes sociales nos permiten mostrar a todos la riqueza cultural que representa la charrería, pero también conectarnos con quienes desean aprender y unirse a este deporte.
Retos culturales y sociales
Uno de los mayores desafíos radica en el equilibrio entre modernización y tradición como un legado ancestral. Los nuevos valores que los jóvenes aportan a la charrería deben coexistir con un legado de siglos, cargado de simbolismos y estrictos códigos de vestimenta, comportamiento y aprendizaje.
Además, fomentar la participación de niños y jóvenes es un reto constante y se vive en la escuela de charrería. En un contexto donde las actividades deportivas tradicionales compiten con el entretenimiento digital, los equipos de charros y escaramuzas en Jalisco vienen desarrollado programas en escuelas, talleres familiares y exhibiciones públicas para acercar la charrería a nuevas audiencias. Así lo menciona Salvador Sánchez, presidente de la centenaria asociación Charros de Jalisco.
“Es necesario que los jóvenes vean en la charrería no solo un deporte, sino una forma de vida que enseña disciplina, respeto por los animales y orgullo por nuestra historia y tradiciones que son un gran legado para México y el mundo”, comenta Javier Sánchez, integrante de la centenaria asociación Charros de Jalisco.
Un deporte para todos
La charrería en Jalisco ha trabajado en fortalecer una estructura que permita la inclusión de personas de todas las edades, géneros y contextos sociales. La Federación Mexicana de Charrería FMCh que encabeza el Licenciado Salvador Barajas del Toro, preserva y fortalece la charrería como un símbolo vivo de nuestra cultura, fomentando la práctica deportiva, la formación de nuevos charros y la difusión de sus tradiciones. Toma en cuenta además a los equipos de escaramuzas como parte fundamental de las competencias, impulsando la participación de más mujeres, quienes ven en este deporte una oportunidad para expresar su habilidad, destreza y talento en un lienzo.
Además, la práctica de la charrería fomenta valores esenciales como el trabajo en equipo, la disciplina y el amor por las raíces mexicanas. Esto lo convierte en una opción enriquecedora y significativa para quienes buscan una alternativa deportiva que trascienda el aspecto físico y que, a la vez, conecte con el patrimonio cultural de México.
Visión hacia el futuro
El reto más grande es garantizar que los niños y jóvenes que se interesan en la charrería puedan tener acceso a espacios de práctica, caballos entrenados y mentores experimentados. Esto exige apoyo de instituciones gubernamentales, asociaciones charras y empresas privadas que apuesten por la preservación de este deporte.
“Vestirse de charro es vestirse de México. Pero para que esto siga, necesitamos que las nuevas generaciones encuentren en el lienzo una forma de vida emocionante, pero también un espacio donde se sientan representados y escuchados”.
Con su binomio perfecto entre charro y caballo, la charrería en Jalisco continúa demostrando que tradición y modernidad pueden coexistir y se pueden ir adaptando. A través de innovación, inclusión y un firme compromiso con sus raíces, este deporte busca no solo perdurar, sino conquistar nuevos horizontes en las generaciones venideras.
Con las faenas en el lienzo nos encontramos y que el Supremo Caporal reparta suerte
salomongonzalez1@gmail.com