JESUS NO ERA POBRE

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

REGIÓN DE OPINIÓN

Por Alvaro Díaz

Autlán de Navarro Jal, julio 20 de 2023-

Por ahí hay un viejito que romantizando la pobreza enajenó a miles y montones y ahora le escurre la envidia de la boca…..

Sí, es aberrante la corrupción, lo es en las personas y en las instituciones por igual. El tomar ventaja con fines personales pisoteando a otros aprovechándose de su ignorancia. Mentir, fraudear para ganar algo. La corrupción en cualquiera de sus formas es deleznable.

Pero les diré también que me resulta a mi aberrante y deleznable.

“Enmielar” la pobreza, romantizar la pobreza para sentirse mejor persona, envidiar la riqueza del que con trabajo ha llegado lejos y alto. Juzgar y difamar a cualquiera que con esfuerzo alcance el triunfo. Aseverar que si alguien es rico seguramente es corrupto, si alguien alcanza el éxito seguramente algo asqueroso y sucio debió hacer.

Eso también es aberrante, es aborrecible y vomitable.

La prosperidad, la abundancia y la opulencia son dones, son virtudes y satanizarlas es de una vibración sumamente baja, de conciencias dormidas. Igual que lo es mal emplear la prosperidad y la opulencia, usarlas para hacer el mal.

Pero eso de “enmielar” la pobreza ¿de dónde viene?.

Pues en general viene de la religión, sí, de la religión.

Es que “Jesús era pobre”, es que “Jesús amaba a los pobres”, es que “Jesús vino por los pobres”… es que “Jesús dijo que era muy difícil que un rico” bla, bla, bla, bla.

Siglos y siglos se enciman uno sobre otro con una romántica pero errónea interpretación de la pobreza, y de la riqueza también.

Número 1 Jesús no era pobre y número 2 Jesús se refería a otra pobreza y a otra riqueza.

No, Jesús no era pobre de dinero. Tanto por parte de María como por parte de José eran familias sumamente cultas, preparadas, con estabilidad económica y un poco más, vivían muy bien, dignamente, tanto por los ingresos heredados de familia como por su trabajo. Por parte de José, Jesús pertenecia a una línea  familiar llamada “davídicos”, es decir, miembros de una familia noble de herederos al trono de Israel. Además de que en aquella época el oficio de carpintería era sumamente redituable y demandando ya que no era solamente fabricar muebles sino también implicaba la ingeniería y arquitectura ya que se fabricaban vigas, columnas, soportes y demás artículos para la construcción. Negocio que José había trabajado por años desde antes de desposar a María. Así mismo María desendía de familias de un alto estatus. Joaquín el padre de María era descrito como un hombre adinerado y piadoso que sobresalía por dar importantes donativos monetarios al templo de Séforis en el cual participaban. La encomienda de “vírgenes” que servían en los ritos religiosos de los templos era reservada para mujeres privilegiadas y educadas, y María era una de ellas. Además el oro que José y María recibieron por parte de los magos como regalo en el nacimiento de Jesús fue una cuantiosa suma que correctamente administrada les sirvió durante toda la vida.

Una de las evidencias es el relato de la túnica de Jesús, la cual los sirvientes romanos se opusieron a desecharla ya que era una prenda fina de alta calidad a la cual no cualquiera tenia acceso y decidieron sortearla entre ellos para algún afortunado, es decir Jesús vestía muy bien de acuerdo a su época. Una persona de clase baja o de escasos recursos simplemente no tenía acceso ni a los materiales ni a los telares para tener ese tipo de vestidos.

Sí, Jesús convivía con personas de bajos recursos y a todos los trataba con igual dignidad. Pero tenía amigos ricos, millonarios, y algunos eran muy cercanos a él. Solamente por mencionar a algunos, la familia de Lázaro de Bethania, el querido amigo de Jesús era sumamente opulente, Jesús pasaba temporadas en la casa de ellos, que seguramente era una lujosa casa de aquella época.

Aparte, cuando Jesús hablaba de riqueza o de pobreza, se refería a cuestiones y ámbitos mucho más profundos y trascendentes, cuestiones de riqueza o pobreza espiritual, de riqueza o pobreza mental, con cuestiones de humildad o soberbia a nivel de conciencia, es decir riqueza de conciencia o pobreza de conciencia, independientemente si la persona tenía dinero o no.

En resumen, no, la pobreza de dinero no es ninguna virtud. Y la riqueza no es tampoco una maldición, y Jesús de Nazareth lo sabía y lo vivió. Él no era pobre y no estaba peleado con la riqueza.

Pero entonces ¿por qué predominan esas erróneas concepciones de ver la pobreza como virtud y la riqueza como algo malo?.

Pues porque lamentablemente a la institución religiosa le es sumamente conveniente, las personas que se mantienen en ese entendimiento son fácilmente manipulables, son controlables, no cuestionan, obedecen siempre, son dependientes.

Y aunque todo lo anterior tiene su fuente en la religión, esta tendencia no es solo de la religión, también en la política. Ahí tenemos a los políticos y gobiernos populistas que funcionan justamente de esta forma, ni más, ni menos. Así como algunos líderes religiosos que predican y santifican la pobreza muy elocuentemente, pero no viven esa pobreza, ellos viven como ricos. Exactamente igual que los políticos demagogos y populistas. Son cortados con la misma tijera.

Todos en nuestro proceso evolutivo estamos llamados a VIVIR BIEN, a alcanzar y a vivir la prosperidad, la abundancia, la opulencia, todo en equilibrio y en orden divino y perfecto. Muchas personas ya lo han alcanzado. Esa es la voluntad de Dios.

Abandona la envidia, cuándo veas a una persona próspera, que triunfa, que tiene éxito, reconoce y acepta esas virtudes en él y bendícelas y agradécelo, de esa forma lo estarás atrayendo para ti.

¿Por qué entonces satanizar cosas que en realidad son bendiciones?

Si a nivel conciencia entendiéramos esto, definitivamente tendríamos otra sociedad.

También te podría interesar...

JESUS NO ERA POBRE

Scroll al inicio
× ¿Cómo puedo ayudarte?